La importancia de integrar esta asignatura en la malla curricular de las carreras de Pedagogía no radica solamente en los contenidos, sino también, en el tipo, el nivel y la calidad de las competencias que deben desarrollar los Estudiantes que postulan al Título Docente, para que así, en su quehacer como Profesores intervengan profesionalmente aplicando oportuna y eficazmente los actuales planteamientos de La Evaluación.
El Profesor, quién es el responsable de implementar en el aula todas las técnicas y estrategias metodológicas, debe ser un experto al diseñar, estructurar y aplicar los diferentes instrumentos de Evaluación. Es por eso, que se recomienda a los Estudiantes de Pedagogía, sacarle partido a la instancia académica, creando situaciones evaluativas simuladas, valiéndose de cada una de las herramientas otorgadas y especializarse con amplio conocimiento sobre el objeto de la Evaluación.
Ya vemos que los lineamientos demandados a los docentes por el sistema educativo hacen referencia a dos ámbitos muy amplios; las competencias y los conocimientos.
Por otra parte, la sociedad actual, y su constante cambio, también nos presenta exigencias cada vez más complejas, que van de lo cognitivo a lo emocional y actitudinal, es por tanto, imperante, la necesidad de que el futuro profesor se convierta en un mediador intelectual, evaluador autocrítico y facilitador de las experiencias educativas que conlleven al desarrollo máximo de las potencialidades de los niños.
El Profesor, quién es el responsable de implementar en el aula todas las técnicas y estrategias metodológicas, debe ser un experto al diseñar, estructurar y aplicar los diferentes instrumentos de Evaluación. Es por eso, que se recomienda a los Estudiantes de Pedagogía, sacarle partido a la instancia académica, creando situaciones evaluativas simuladas, valiéndose de cada una de las herramientas otorgadas y especializarse con amplio conocimiento sobre el objeto de la Evaluación.
Ya vemos que los lineamientos demandados a los docentes por el sistema educativo hacen referencia a dos ámbitos muy amplios; las competencias y los conocimientos.
Por otra parte, la sociedad actual, y su constante cambio, también nos presenta exigencias cada vez más complejas, que van de lo cognitivo a lo emocional y actitudinal, es por tanto, imperante, la necesidad de que el futuro profesor se convierta en un mediador intelectual, evaluador autocrítico y facilitador de las experiencias educativas que conlleven al desarrollo máximo de las potencialidades de los niños.
Mauricio Lara
Estudiante Pedagogía
Universidad Miguel de Cervantes.
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